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Si alguna vez se ha pasado por tu mente iniciar un emprendimiento, seguramente te habrás encontrado con una gran variedad de opciones, oportunidades y desafíos. No todos los emprendimientos son iguales, ni todos los emprendedores tienen las mismas motivaciones, recursos o capacidades. Por eso, es importante conocer los diferentes tipos de emprendimiento que existen para poder elegir el que mejor se adapte a ti, a tus objetivos y a los clientes que a los que quieres llegar.
Hoy hablaremos de los tipos de emprendimiento según tres características: el nivel de financiamiento, el nivel de innovación y el tipo de emprendedor. Así, podrás identificar qué tipo de emprendedor eres o quieres llegar a ser, y qué tipo de emprendimiento te conviene más.
Cuando hablamos de nivel de financiamiento nos referimos a la cantidad y el origen del dinero y recursos que se necesitan para iniciar y mantener un emprendimiento. Por ejemplo, podemos encontrar:
Son aquellos que se basan en copiar o adaptar modelos de negocios que ya existen y han tenido éxito, con el objetivo de generar empleo o ingresos para la familia. Normalmente, son dirigidos por sus propios dueños, tienen pocos empleados y se financian con su propio dinero o el de personas cercanas. Un ejemplo común es una peluquería.
Estos buscan crecer mucho en poco tiempo, ya sea creando o cambiando la forma en que operan, ofreciendo productos o servicios que aportan algo especial al mercado. Por lo general, son negocios tecnológicos que necesitan dinero de otras personas, como grandes inversores, fondos de inversión, concursos o subvenciones. Un ejemplo de este tipo de emprendimientos es Rappi, que en su momento no era ni un cuarto de grande de lo que es hoy en día.
Estos son los más grandes del mercado, tienen una estructura fuerte, ofrecen muchos productos o servicios, producen mucho y son muy conocidos por todos los compradores. Por lo general, son empresas establecidas que tienen su propio dinero o reciben financiamiento directamente de los bancos. Un buen ejemplo de este tipo de negocios son los restaurantes de cadena.
Cuando nos referimos a emprendimientos según su nivel de innovación hablamos de qué tan único y diferente puede ser un negocio; hablamos de esos negocios con ideas frescas que llaman la atención por proponer cosas diferentes. Por ejemplo:
Estos emprendimientos actúan como viveros para emprendedores con talento. Necesitan de experiencia en investigación y desarrollo de mercados para aportar a sus clientes, es decir, otros emprendedores, así como una cantidad de dinero considerable para acelerar el crecimiento y asegurar el éxito de esos emprendimientos.
Como su nombre nos dice, su objetivo es crear un producto o servicio completamente nuevo, lo que se traduce como un proceso arduo y costoso de investigación y desarrollo. A pesar de los desafíos, la compensación está en el impacto que causarán en las personas al lanzar su producto final. ¡Es muy riesgoso, pero también muy rentable!
No es complicado saber de qué tratan estos negocios. Buscan replicar un producto o servicio exitoso ya existente. Este tipo de emprendimientos también puede ser muy rentable, ya que buscan alcanzar el mismo éxito que un modelo de negocio probado. Pero, uno de los obstáculos es la necesidad de contar con un gran capital para hacerse con alguna franquicia y no caer en problemas legales.
Estos tipos de negocio saben aprovechar el momento y las oportunidades. Se centran en identificar una necesidad momentánea para actuar rápidamente. Nacen de una urgencia, pero con una clara idea de negocio. Este tipo de emprendimiento es ideal para aquellos que no temen al riesgo o al fracaso y están dispuestos a poner manos a la obra de inmediato.
El contexto de quien decide aventurarse en emprender también afecta lo que puede o no ser su emprendimiento. Sus ambiciones, las personas que lo rodean, y sus actitudes hacen que existan estos tipos de emprendimientos:
Son los que ponen de su propio dinero o el de sus amigos o familiares para crear su negocio. No dependen de nadie más para financiar su proyecto, pero también asumen todo el riesgo y la responsabilidad. No tienen mucha capacidad de crecimiento, pero tampoco necesitan mucha inversión. Un ejemplo de este tipo de emprendedor es el dueño de una tienda de ropa.
Estos trabajan en el sector público, es decir, en las instituciones del gobierno, y crean proyectos que ayudan a mejorar la vida de las personas más pobres o necesitadas de una región. No buscan ganar dinero, sino generar un impacto social. Un ejemplo de este tipo de emprendedor puede ser el director de una escuela cultural.
Son los que crean negocios nuevos gracias al apoyo del gobierno, que les da facilidades económicas, sociales y tecnológicas. No tienen mucho riesgo, pero tampoco mucho control sobre su negocio. Pueden crecer mucho, pero también pueden desaparecer rápido. Un ejemplo de este tipo de emprendedor es el dueño de una empresa de energía solar.
Al entender los tipos de emprendimiento, podrás ver el camino que mejor se ajusta a ti. Ya sea que te inclines por replicar el éxito de otros, innovar con ideas frescas o aprovechar oportunidades en el momento adecuado, esta información será tu brújula que te guiará hacia un emprendimiento que resuene con tus sueños y aspiraciones.
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